La artrosis es el daño articular más común en la práctica médica, asociado a los procesos degenerativos-distróficos que ocurren en ellas. Principalmente causada por el envejecimiento del cuerpo y la destrucción de los tejidos de las articulaciones, la enfermedad no se puede curar por completo. Sin embargo, según los expertos, está dentro del poder de una persona ralentizar el proceso destructivo, retrasar la artrosis y mantener la salud de las articulaciones durante mucho tiempo.
Artrosis y sus síntomas.
La destrucción de la articulación comienza con el desgaste gradual del cartílago, el elemento principal de esta conexión móvil de los huesos, que los protege en el punto de contacto de la fricción y sirve como amortiguador bajo tensión mecánica. En la mayoría de los casos, este proceso se debe al deterioro relacionado con la edad de los procesos metabólicos en el cuerpo humano y a la desnutrición de la articulación. Por tanto, los síntomas de la enfermedad suelen aparecer después de los 40-50 años. Sin embargo, el desarrollo de cambios negativos en el tejido del cartílago ocurre a una edad más temprana y consiste en la pérdida gradual de elasticidad del cartílago, su adelgazamiento y destrucción.
La incapacidad del cartílago para realizar plenamente sus funciones provoca cambios negativos en el tejido óseo, que puede crecer, formando osteofitos (crecimientos en forma de tubérculos, espinas, ganchos), que son fuente de dolor durante el movimiento. Poco a poco, el proceso patológico cubre los músculos articulares, ligamentos, tendones. La articulación puede deformarse.
Los siguientes síntomas indican el desarrollo de artrosis:
- dolor que aumenta con el movimiento y el esfuerzo físico;
- disminución de la movilidad articular;
- hinchazón e inflamación (en algunos casos);
- Deformación e inmovilidad de la articulación (en enfermedad grave).
La osteoartritis afecta principalmente a las rodillas, las articulaciones de la cadera, la columna lumbar y cervical y las manos.
Causas de la enfermedad y factores de riesgo.
Las principales razones de la destrucción del cartílago articular y el desarrollo de artrosis incluyen:
- predisposición hereditaria;
- lesiones articulares, que pueden ser menores, pero múltiples y repetitivas, o únicas, pero graves (por ejemplo, daño al menisco);
- cambios relacionados con la edad en el cartílago y el tejido óseo.
Hay factores que aumentan la probabilidad de desarrollar artrosis. Los principales son el exceso de peso, que aumenta la carga en las articulaciones, y un estilo de vida sedentario, que interfiere con el suministro normal de sangre y la nutrición de las articulaciones, lo que perjudica el metabolismo en ellas. La actividad física excesiva, la inflamación local, los cambios hormonales (por ejemplo, la menopausia) también pueden provocar artrosis.
¿Tratamiento o prevención?
Una cura completa de esta enfermedad es imposible: este es el veredicto general de los especialistas en reumatología, cuya tarea es combatir la artrosis. La terapia moderna puede ralentizar la destrucción del cartílago, aliviar la inflamación, reducir el dolor y mejorar la condición del paciente. Para ello, en el tratamiento de la artrosis, utilizan:
- condroprotectores a base de condroitín sulfatos y glucosamina;
- fármacos anti-inflamatorios no esteroideos;
- inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico o medicamentos hormonales;
- procedimientos de fisioterapia (ultrasonidos, electroforesis, láser y magnetoterapia, aplicaciones de barro);
- ejercicios de fisioterapia.
En casos severos, recurren a la cirugía y al reemplazo de la articulación con una prótesis.
La principal tarea de contrarrestar la enfermedad, la medicina moderna, considera la prevención de la artrosis y la promoción de un estilo de vida que contribuya a la preservación de la salud de las articulaciones. En primer lugar, esto se aplica a los adolescentes y jóvenes que participan activamente en deportes, en los que es necesario desarrollar habilidades especiales para proteger las articulaciones durante el entrenamiento (calentamiento y calentamiento de las articulaciones, el uso de dispositivos de protección especiales : rodilleras, coderas, etc. ). Para las personas que no practican deportes, las principales medidas para prevenir la artrosis son mantener un peso normal y realizar actividad física.
Pérdida de peso y nutrición.
Como resultado de numerosos estudios, se ha descubierto que las personas obesas tienen un riesgo 3 veces mayor de padecer artrosis. Esto se explica no solo por el hecho de que el exceso de peso aumenta la carga en las articulaciones, sino también por el hecho de que el exceso de grasa provoca el desarrollo de muchos procesos patológicos en el cuerpo que conducen a enfermedades graves como la diabetes tipo 2 y los trastornos cardiovasculares. lo cual es negativo afecta la condición de las articulaciones.
La nutrición como prevención de la artrosis tiene como objetivo saturar el organismo con los nutrientes necesarios para el funcionamiento normal del cartílago articular, ralentizando los procesos degenerativos en el mismo. El cumplimiento de los siguientes principios básicos no solo ayudará a mantener las articulaciones en buena forma, sino que también evitará el aumento de peso excesivo:
- reducir el contenido calórico de los alimentos eliminando o limitando las carnes grasas y las aves de corral;
- comer una cantidad suficiente de productos lácteos bajos en grasa para proporcionar calcio a los huesos;
- un aumento en la proporción de cereales, verduras y frutas para reponer el organismo con las vitaminas y microelementos que necesitan las articulaciones.
Se debe prestar especial atención en el proceso de nutrición a los alimentos y platos que contienen sustancias naturales que protegen y fortalecen el tejido del cartílago. Estas sustancias, en primer lugar, incluyen el colágeno, una proteína que forma parte del cartílago, los ligamentos y la piel de los animales y los peces. Para ello, es necesario incluir en la dieta carne en gelatina, áspic (especialmente de pescado), gelatina de frutas y otros platos que contengan gelatina, un colágeno modificado.
Actividad física para prevenir la artrosis
Un estilo de vida sedentario es uno de los principales enemigos de la salud humana, incluido su sistema musculoesquelético. Si bien la actividad física le permite lograr simultáneamente muchos de los objetivos necesarios para mantener las articulaciones y el bienestar general:
- mejora la circulación sanguínea y la nutrición de los tejidos;
- normaliza los procesos metabólicos y previene el aumento de peso excesivo;
- desarrolla músculos, que a su vez fortalecen el sistema esquelético;
- entrena todos los sistemas del cuerpo y mejora la inmunidad;
- mejora el humor.
Para mantener sus articulaciones en buena forma, no deben sobrecargarse. Pero esto no significa que deba abandonar la actividad física. El movimiento es absolutamente necesario para las articulaciones, pero debe ser moderado, de acuerdo con la forma física, la edad y otras características individuales de cada persona.
Los expertos dicen que caminar es la mejor prevención de la artrosis de rodilla a cualquier edad y recomiendan dar al menos 6. 000 pasos al día. La natación es muy beneficiosa, cuando el movimiento se produce en ausencia de un efecto negativo sobre los huesos del peso corporal. Practicar cualquier deporte o actividad favorita relacionada con el movimiento (baile, jardinería, juegos al aire libre con niños), siempre que sea regular, ayudará a prevenir la artrosis y a mantener las articulaciones en buen estado durante mucho tiempo.